Un planeta que fue expulsado de su Sistema Solar

Este 1 de diciembre, durante la conferencia Extreme Solar Systems III celebrada en Hawái, un grupo de científicos anunció que un planeta gigante fue expulsado de su vecindario estelar, a unos 300 años luz de distancia. Y ahora, ese mundo se encuentra unas 650 veces más lejos de su estrella que la Tierra del sol.

Eso equivale a más de 16 veces la distancia entre el sol y Plutón.

Pero HD 106906b, como han llamado al planeta, no terminó en los suburbios por casualidad: los científicos sospechan que el empujón gravitacional de otro planeta –o quizás, una estrella que pasaba- lo hizo volar hacia el exterior. Según los científicos, ese mismo tipo de proceso ha dado origen a los miles de millones de mundos solitarios y sin estrellas que vagan en nuestra galaxia. Solo que nunca lo habían visto en acción.

“Esta imagen completa de un sistema planetario alterado dinámicamente es de lo más emocionante”, comenta Paul Kalas, del Instituto SETI, quien formó parte del equipo que observó el planeta con el Generador de Imágenes Planetarias Géminis, en los Andes chilenos.

El mundo es unas 11 veces más grande que Júpiter y orbita una estrella un poquito más grande que el sol. Sin embargo, el sistema solo tiene 13 millones de años, así que es más joven que el nuestro. Cerca de la estrella se encuentra un agitado disco de cometas que, en opinión de los astrónomos, es una versión más grande y caótica del Cinturón de Kuiper en nuestro sistema solar, la región helada que yace más allá de la órbita de Neptuno, donde residen Plutón y otros incontables mundos.

“Creemos que todo el sistema sufrió una perturbación reciente, ocasionada por alguna interacción gravitacional violenta”, informa Kalas, quien también es profesor adjunto del Departamento de Astronomía en la Universidad de California, Berkeley.

De hecho, las observaciones sugieren que cuando el planeta fue expulsado del sistema, es posible que arrastrara consigo desechos del disco de cometas, agrega Abhijith Rajan, estudiante de posgrado en la Universidad Estatal de Arizona. La razón es que luce más polvoriento de lo esperado, y podría estar rodeado por un gran anillo o una nube de desechos.

En general, los cuerpos planetarios que orbitan una estrella joven permanecen en un mismo plano, relativamente llano, como los surcos de un disco de vinilo; eso significa que HD 106906b debería estar en el mismo plano que el exo-Cinturón de Kuiper. Sin embargo, además de encontrarse en el límite exterior, el planeta flota muy, muy por arriba de ese cinturón polvoriento. Así que hay dos opciones: se formó lejos de todo (cosa muy improbable, según los astrónomos) o bien, algún tipo de barullo gravitacional lo sacó de su vecindario original.

“Los planetas no se forman fuera del plano del sistema planetario”, dice Kalas, sin rodeos.

Los científicos sospechan que están presenciando las convulsiones que experimentan los sistemas planetarios jóvenes, cuando sus planetas se empujan y tiran unos de otros, y a veces se desata la violencia.


Nuestro sistema planetario sufrió este tipo de espasmos hace unos cuatro mil millones de años, cuando los planetas gigantes comenzaron a migrar hacia el exterior. En el caos resultante, los cuerpos pequeños salieron volando, tal vez Urano y Neptuno cambiaron de lugar, y es muy posible que los empujones gravitacionales de Júpiter expulsaran un quinto planeta gigante, que se ha perdido en el espacio.

Está por verse si HD 106906b sigue migrando al exterior o se ha asentado en un lugar absurdamente lejos de su estrella. Rajan sugiere que podría quedarse allí, pero existe la posibilidad de que el planeta se convierta en uno de los muchos mundos desanclados que rondan la galaxia sin una estrella madre; planetas a la deriva en un mar de noche perpetua.



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